Afecta al 1-3 % de la población. Existe una predisposición genética a padecerla. Existe un pico de incidencia en la segunda década de la vida. Afecta a piel, uñas y articulaciones. En todas sus formas suelen aparecer pápulas y placas eritemato-escamosas.
· Signo de la mancha de cera: por el gran número de escamas que se desprenden al rascar una lesión.
· Fenómeno de la membrana epidérmica: si se sigue rascando, se desprende una película transparente de epidermis.
· Signo de Auspitz o signo del rocío sangrante: consiste en un piqueteado hemorrágico que irrumpe tras el desprendimiento de la membrana.
Las zonas más afectadas son el cuero cabelludo, la región lumbosacra y la superficie de extensión de las extremidades. Casi el 10 % de las personas que padecen psoriasis, desarrollan artritis psoriásica, sin relación con la lesión cutánea.
La psoriasis estacionaria crónica es la forma más frecuente. Las placas tienen una escama gris plateada que puede ser eliminada con facilidad.
La psoriasis eruptiva es muy frecuente en niños y adultos jóvenes. Las placas eritemato-escamosas, predominan en tronco y raíz de las extremidades, y suelen persistir 2-3 meses, para después remitir de forma espontánea.
La eritrodermia psoriásica es la forma más grave de la enfermedad, se acompaña de mal estado general, y consiste en una dermatitis exfoliativa que afecta a toda la superficie corporal.
Psoriasis pustulosa de forma localizada o generalizada es menos frecuente. La generalizada se suele presentar en personas que presentan ya otras formas clínicas.
Psoriasis flexural afecta más como su nombre indica a zonas flexurales, excepto en el niño que aparece como psoriasis de la zona del pañal. Una forma clínica muy frecuente es la aparece como placas descamativas en el cuero cabelludo o la psoriasis ungueal que afecta a una o varias uñas.
El diagnóstico de la psoriasis es fundamentalmente clínico. El pronóstico depende de la extensión y la gravedad de la afección, aunque normalmente es más grave cuanto menor es la edad de inicio de la enfermedad.
Respecto a la exposición solar mejora las lesiones en las formas que no son graves, pero siempre debe ser controlada y deben prevenirse las quemaduras.
Los traumatismos, el rascado y el frotamiento de las áreas siempre pueden desencadenar o cronificar las lesiones.
· Signo de la mancha de cera: por el gran número de escamas que se desprenden al rascar una lesión.
· Fenómeno de la membrana epidérmica: si se sigue rascando, se desprende una película transparente de epidermis.
· Signo de Auspitz o signo del rocío sangrante: consiste en un piqueteado hemorrágico que irrumpe tras el desprendimiento de la membrana.
Las zonas más afectadas son el cuero cabelludo, la región lumbosacra y la superficie de extensión de las extremidades. Casi el 10 % de las personas que padecen psoriasis, desarrollan artritis psoriásica, sin relación con la lesión cutánea.
La psoriasis estacionaria crónica es la forma más frecuente. Las placas tienen una escama gris plateada que puede ser eliminada con facilidad.
La psoriasis eruptiva es muy frecuente en niños y adultos jóvenes. Las placas eritemato-escamosas, predominan en tronco y raíz de las extremidades, y suelen persistir 2-3 meses, para después remitir de forma espontánea.
La eritrodermia psoriásica es la forma más grave de la enfermedad, se acompaña de mal estado general, y consiste en una dermatitis exfoliativa que afecta a toda la superficie corporal.
Psoriasis pustulosa de forma localizada o generalizada es menos frecuente. La generalizada se suele presentar en personas que presentan ya otras formas clínicas.
Psoriasis flexural afecta más como su nombre indica a zonas flexurales, excepto en el niño que aparece como psoriasis de la zona del pañal. Una forma clínica muy frecuente es la aparece como placas descamativas en el cuero cabelludo o la psoriasis ungueal que afecta a una o varias uñas.
El diagnóstico de la psoriasis es fundamentalmente clínico. El pronóstico depende de la extensión y la gravedad de la afección, aunque normalmente es más grave cuanto menor es la edad de inicio de la enfermedad.
Respecto a la exposición solar mejora las lesiones en las formas que no son graves, pero siempre debe ser controlada y deben prevenirse las quemaduras.
Los traumatismos, el rascado y el frotamiento de las áreas siempre pueden desencadenar o cronificar las lesiones.
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