El cuadro clínico de la diverticulitis aguda es igual al de la apendicitis pero en el lado izquierdo, con fiebre, nauseas, vómitos y dolor.
Cuando hay hemorragia, suele ser indolora y cesa espontáneamente en el 80 % de los casos. Las complicaciones de las diverticulitis son los abcesos pericólicos, las fístulas, obstrucción intestinal o peritonitis generalizada, siendo esta última la más infrecuente y grave. Dentro de los procedimientos diagnósticos la radiología con enema opaco es el principal, si bien debe hacerse con extremo cuidado. La endoscopia o la colonoscopia son rutinarias, particularmente cuando hay historias de rectorragias.
Respecto al tratamiento lo primero es aumentar el contenido de fibra de la dieta. Se usan espasmolíticos y cuando el dolor va acompañado de ansiedad, se usan ansiolíticos a dosis pequeñas. Cuando hay hemorragias se hace resección quirúrgica del segmento sangrante. Pero en general la cirugía se deja para último lugar, ya que se ha demostrado la recidiva de los divertículos, y solo se hace en casos de fístula o de obstrucción intestinal. En casos que aparece un abceso también se reseca con la cirugía.
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