Los cabellos y el cuero cabelludo constituyen una de las áreas corporales que requieren una mayor diversidad de cuidados cosméticos. Muchas disfunciones pueden afectar al cabello y al cuero cabelludo precisando de un adecuado tratamiento médico, y de manera simultánea puede aparecer un problema estético que también puede ser tratado cosméticamente. La continua agresión solar durante la época estival puede crear problemas estéticos al cabello, ya que la cutícula sufre alteraciones químicas que reducen su fortaleza y los cabellos cuyas puntas están degradadas sufren daños especialmente graves a nivel del cortex. Las exigencias de la moda y la comodidad en el peinado del cabello han motivado la oferta de numerosos productos que se han convertido en indispensables: tintes, permanentes, decoloraciones, fijadores,.... pudiendo provocar a la larga graves problemas a nivel de la estructura capilar. Combatir la caspa, regular la secreción sebácea y evitar la caída del cabello son algunos de los grandes temas de la cosmética capilar. Del cuero cabelludo pueden emerger entre 100.000 y 150.000 cabellos aéreos cada uno formado por un folículo piloso, aunque ocasionalmente de un sólo folículo emergen simultáneamente dos cabellos. Cada pelo (sea cabello o vello corporal) está formado por una masa de células queratinizadas compacta y cementada, producida por el folículo piloso. Cada folículo posee una
glándula sebácea anexa, por lo que se suele denominar folículo pilosebáceo. Durante el desarrollo embrionario, el folículo incrementa su tamaño y su desarrollo da lugar a la diferenciación de tres
abultamientos: bulbo piloso, glándula sebácea y glándula sudorípara apocrina. En la zona más profunda del folículo, el bulbo rápidamente pasará a ser la zona más voluminosa, y en ella se insertará posteriormente el músculo erecto del pelo. También la glándula sebácea incrementará su volumen extendiéndose mediante la pérdida de densidad celular con formación de vacuolas (gotas lipídicas) a consecuencia del estímulo de las hormonas androgénicas maternas. La existencia de una fuerte interacción de la dermis y la epidermis debe considerarse como responsable de la formación del folículo piloso. La morfología del folículo piloso es compleja, y sólo una pequeña parte de sus componentes no es de origen epidérmico:
1. Papila dérmica: tiene forma de espiga y está formada por una capa de fibroblastos modificada encerrada dentro del bulbo del folículo. Su función es controlar el ciclo de crecimiento celular.
2. Bulbo: es la zona proliferativa del folículo y está formada por un matrix de células que rodean la papila, en total se pueden contabilizar entre dos y tres capas basales. Estas células son precursoras de todas las células que se desplazan hacia la superficie de la piel. También contienen una población de melanocitos que suministran el pigmento a las células que se desplazan hacia la superficie, especialmente a las que se transforman en el cortex.
3. Folículo: el folículo se estrecha por encima del bulbo, a medida que se aproxima a la superficie cutánea.
Toda su estructura está rodeada por una lámina basal que separa la epidermis de la dermis.
4. Vaina externa de la raíz del cabello: se observa como una continuidad de la epidermis superficial y posee
esencialmente la misma estructura en la zona del folículo situado por encima del conducto sebáceo.
5. Vaina interna de la raíz del cabello: posee tres estratos bien diferenciados, identificados desde dentro
hacia fuera como cutícula, estrato de Huxley y estrato de Henle.
Aporte Sanguíneo
La implantación del folículo pilífero en el cuero cabelludo se hace a nivel de la hipodermis, a diferencia del
vello, cuya implantación en general es a nivel de la dermis. Los cabellos reciben a través del bulbo pilífero
la importante vascularización; esta situación es en parte responsable del elevado aporte nutricio y energético
que posibilita un acelerado ritmo de la mitosis y una importante actividad de proteo-síntesis. Ambos procesos forman un cabello grueso y resistente.
Aporte Nervioso
Cada folículo piloso está rodeado por un manguito formado por 5 a 12 fibras longitudinales que forman una especie de empalizada circular alrededor del folículo inmediatamente por debajo del nivel del conducto sebáceo. La parte más profunda del folículo está prácticamente libre de nervios. No obstante, su presencia hace que el cabello situado dentro de la piel actúe como si fuera un órgano esencial de carácter táctil. Desde un punto de vista del estudio microscópico, el cabello aparece formado por tres capas o estratos:
cutícula, capa cortical (cortex) y capa medular.
Cutícula
La cutícula está formada por células achatadas densas, superpuestas y fuertemente unidas por lazos de
conjunción longitudinales, dispuestas en “s” en las anastomosis laterales entre las láminas. Su función es de defensa del cabello contra los fenómenos exógenos de desgaste mecánico, químico o físico. Es una capa muy fina (un 10% del peso total del cabello) y traslúcida y permite que el color de las capas internas brille al exterior. Si la cutícula está dañada disminuye el brillo del cabello y da lugar a la aparición de puntas del cabello partidas. De este modo el cabello se carga de electricidad estática. La mayoría de los productos de cuidado del cabello actúan directamente sobre la cutícula.
Capa Cortical/Cortex
El cortex es la parte más abundante del cabello. Está formado por células epiteliales fusiformes, de forma
irregular. La adaptación espacial que la célula experimenta durante su progresión en el estrechamiento del
bulbo, determina en el elemento ahusado flexiones e invaginaciones de las células limítrofes. De esta forma
se establecen conexiones capaces de mantener unidos los elementos vecinos. En el interior de las células ahusadas se encuentra una sustancia difusa, esparcida de puntos condensados, de probable naturaleza queratínica. Los gránulos de melanina se encuentran en los espacios intracelulares. Gracias a su alto contenido en queratina y pigmentos, aporta color al cabello y es responsable de su hidratación. Se le atribuye una función protectora frente a varios tipos de radiación. Los tintes del cabello y las permanentes actúan sobre el cortex.
Capa Medular
La estructura medular forma parte de la columna central del cabello, aunque algunas veces está ausente y
en otras aparece reducida o discontinua. A diferencia de la cutícula y del cortex, la capa medular no presenta un aspecto morfológico definido suficiente como para caracterizar su estructura. Su función más importante podría ser la de conducto y enlace entre el tejido diferenciado, desarrollado y organizado pero no vital, del tallo, y el tejido en activa funcionalidad de la papila, influible por estímulos endógenos y exógenos. Esta capa no influye apenas en las características del cabello. Las propiedades mecánicas del cabello son muy destacables por lo que siempre se deben tener en cuenta, ya que una modificación química importante del cabello puede ocasionar un cierto deterioro de las mismas. Entre las propiedades más características del cabello se pueden citar: resistencia al alargamiento, resistencia a la rotura, resistencia a la elasticidad, adsorción superficial y comportamiento del cabello frente al agua y otros solventes. Desde el punto de vista de su tratamiento se pueden considerar tres clases diferentes de cabellos:
Cabello normal
Tiene un aspecto brillante, aterciopelado, sin fisuras y bien coloreado. En él todas las funciones fisiológicas
son normales. Generalmente el cabello de niños de corta edad o de adolescentes es normal, pues aún no
se ha alterado su equilibrio biológico por factores internos o agentes externos. Bajo un punto de vista
cosmético, este tipo de cabello sólo necesita un cuidado muy suave a fin de no comprometer el equilibrio
fisiológico normal.
Cabello seco
Tiene una apariencia árida, con fisuras, presenta escamas secas y es propenso a romperse y agrietarse debido a su poca elasticidad. Su pH es más ácido de lo normal, está falto de grasa y por consiguiente de humedad. Conviene someterlo a masajes y revitalizarlo con preparados de efecto re-engrasante y balsámico.
Cabello graso
Tiene un aspecto grasiento y pegajoso, debido a la exagerada actividad de las glándulas sebáceas. El pH
es más elevado de lo normal, por lo que este tipo de cabello es más propenso a infecciones de origen
microbiano. Desde el punto de vista cosmético debe cuidarse con productos con acción desinfectante,
astringente y desengrasante.
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