· consumir de 4 a 10 vasos de agua diarios. Las mujeres embarazadas deben beber más, ya que la buena evolución del feto está condicionado por un correcto aporte de líquidos. Las madres lactactes deben beber de 8 a 14 vasos de líquido diarios.
· Hay que prestar atención a los síntomas de una posible deshidratación: sed, sequedad de mucosas y de la piel o disminución de la cantidad de orina o en situaciones que pueden favorecer la deshidratación como fiebre, diarreas y vómitos.
· Evitar las horas centrales del día a la hora de tomar el sol -entre las 12.00 y las 16.00 horas- y mantenernos a la sombra siempre que sea posible
· Si se toma el sol es conveniente usar un protector de factor 30 o superior y una gorrita o sombrero. Para que sea efectivo debe aplicarse 30 minutos antes de exponerse al sol y en todas las zonas del cuerpo, teniendo siempre en cuenta que su efecto se reduce con el sudor o el agua.
· No son recomendables las bebidas alcohólicas para evitar la deshidratación e incluso pueden llegar a provocarla. En caso de comidas copiosas, se requiere un aporte suplementario de líquidos.
· consumir ciertos alimentos con un alto porcentaje de agua --como frutas como melón, sandía o fresa, y verduras como las zanahorias o las calabazas-- puede "ayudar a mantener buen nivel de hidratación".
· Es conveniente hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio físico, y evitar practicarlo en los momentos del día de mayor calor.
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