El uso de fármacos antidepresivos y ansiolíticos por médicos psiquiatras y no psiquiatras ha aumentado
considerablemente en los últimos años dada la alta incidencia de trastornos depresivos y ansiosos en la población general. El último estudio realizado en Colombia (2003) reporta una prevalencia de por vida del 13.3 por ciento al 19.5 por ciento para trastornos depresivos y ansiosos, respectivamente. Los medicamentos que incrementan la actividad de la serotonina a nivel central, principalmente los inhibidores
selectivos de recaptación de serotonina (ISRS) y los llamados antidepresivos duales (actúan además sobre el sistema noradrenérgico) se han convertido en los medicamentos de elección para el manejo farmacológico de trastornos como depresión mayor, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, trastorno obsesivo compulsivo, tras -torno de estrés postraumático, trastornos de alimentación, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, etcétera. El síndrome serotoninérgico (SS) es un trastorno iatrogéni-co relacionado directamente con el uso de éstos fármacos, resultado de la interacción farmacocinética y farmacodiná -mica de dos o más de ellos, de la combinación de éstos con algunos analgésicos, antibióticos, antiretrovirales,
antiparkinsonianos o con sustancias ilícitas como ácido lisérgico (LSD) y 3-4 metilenodioximetilanfetamina
(NDMA). Para realizar el diagnóstico de S.S. se requiere el uso de uno o más agentes serotoninérgicos simultáneamente, la presencia de los signos y síntomas característicos y la exclusión de otras enfermedades.
En la mayoría de casos (85 por ciento) por interacción medicamentosa de dos o más de ellos utilizados a dosis terapeúticas y con menor frecuencia (15 por ciento) como consecuencia de la sobredosis de un único fármaco. La lista, como se puede observar, no corresponde exclusiva -mente a medicamentos psiquiátricos.
La presentación del SS varía de paciente a paciente, pero usualmente el inicio de los síntomas ocurre en las primeras 24 horas siguientes a la exposición al agente(s) causante. Ha sido descrito en personas entre los nueve y los 84 años. Los síntomas característicos del síndrome se pueden dividir en tres grandes grupos: cambios en el estado mental, cam -bios autonómicos y cambios neuromusculares
Los cambios autonómicos son los síntomas más frecuente del SS. La diaforesis se presenta en cerca de la mitad de los pacientes (45 por ciento), así como la hipertermia (45 por ciento), que generalmente no sobrepasa los 40 grados centígrados. La hipertensión (35 por ciento) es leve a moderada en severidad y la hipotensión, aunque rara, se puede presentar y se asocia a un pronósti -co más desfavorable. Otros síntomas incluyen taquicardia (36 por ciento), midriasis (28 por ciento), taquipnea (26 por ciento) y náuseas (23 por ciento), entre otros.
Entre los trastornos neuromusculares encontramos mioclonus (58 por ciento), hipereflexia (52 por ciento)
y rigidez muscular, especialmente de los miembros inferiores.
Algunos autores han propuesto la rigidez limitada a las piernas como un marcador específico para SS. Se pueden observar también inquietud (48 por ciento), temblor (43 por ciento), ataxia (43 por ciento), hiperactividad (18 por ciento) y convulsiones (14 por ciento).
Los cambios cognoscitivos y de con -ducta están presentes en cerca de la mitad de los pacientes y se manifiestan como confusión (51 por ciento), desorientación (51 por ciento), irri -tabilidad (34 por ciento) y agitación (34 por ciento). Se han descrito otros síntomas como cefalea, insomnio, alucinaciones, vértigo, crujir de dientes, salivación y dolor abdominal.
El SS puede progresar rápidamente a falla cardiaca, coma, convulsiones y falla orgánica multisisté -mica generalmente asociada a coagulación intravascular diseminada. Sternbach en 1991 propuso por primera vez criterios diagnósticos para el síndrome; más recientemente Radomski y cols han revisado los criterios y han clasificado el síndrome como leve, si no presenta la totalidad requerida de los síntomas, de presentación completa (si cumple cuatro síntomas mayores o tres mayores más dos menores), y tóxico, en el caso de presentarse coma, convulsiones tónico-clónicas generalizadas y fiebre de más de 40 grados.
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