Para algunos de nosotros disfrutar del verano significa también disfrutar del sol. Pero lo que nos gusta, al mismo tiempo puede dañar la piel. Tras una larga estancia en la playa la piel a menudo se deshidrata, se calienta, se enrojece y se irrita – es el momento para refrescarla y regenerarla.
Sin sol no existiría vida en nuestro planeta. De todas maneras, si estamos sensibilizados al tiempo de exposición al sol, la prevención con productos adecuados y el consecuente tratamiento de la piel tras su exposición al sol nos ayudará a prevenir posibles efectos negativos de los rayos solares sobre la piel.
Efectos positivos de los rayos solares en nuestro cuerpo:
• Aumenta la eficacia del sistema muscular.
• Avanza los procesos de curación del acné y la psoriasis
• Refuerza el sistema inmunitario
• Mejora el metabolismo de las células de la piel
• Intensifica el suministro de oxígeno de las células
De todos modos, no deben subestimarse los consejos para evitar una exposición al sol demasiado prolongada, ya que si los ignoramos, podremos notar sus efectos cada vez más visibles tras el paso de los años – algunas veces provocando serios daños en la piel.
No solamente los rayos UVB provocan quemaduras; los rayos UVA a menudo pueden causar daños irreversibles a la piel. El agua, una ligera deshidratación de la piel o la no-utilización de un protector solar aunque sea durante una exposición solar muy corta, exponen la piel al peligro de los rayos solares.
Te gusta el sol – pero, ¿qué hacer si...?
No sólo es la prevención en sí misma – el mercado de productos solares con filtros solares está saturado– es más el “Qué hacer si...?” lo que puede causar los problemas más frecuentes.
Si la frente y las mejillas están enrojecidas, la piel de la nariz y el escote tensas, si la exposición al sol ha sido demasiado prolongada o incluso si ha habido quemadura, la mayoría de productos para después de la exposición al sol (after-sun) nunca ayudan mucho. Además, el agua del mar y el viento pueden incrementar la sequedad de la piel, las venas capilares se dejan ver en nariz y mejillas (por efecto de la cuperosis) y la piel se reseca y se escama, por lo que es necesario estimular su regeneración con un tratamiento intensivo del cuidado de la piel.
Después de la exposición al sol la piel debería ser tratada con productos específicos para su cuidado, según las necesidades de la piel reseca por el sol (o incluso dañada). Como objetivo principal se debe restablecer la hidratación de la piel y se deben regenerar las asperezas y escamas -combinadas a menudo con picores.
La solución cosmética para una piel dañada por el sol debe:
• Destacado efecto antiirritante
• Reduce el enrojecimiento de la piel y el eritema con tan sólo una aplicación
• Calmante, alivia la sensación de picor
• Efecto refrescante de larga duración
• Extraordinaria hidratación – mejora óptima de la piel
• Disminuye las arrugas
• Tolerabilidad excepcional en la piel, ya que la máscara no contiene conservantes, agentes químicos que puedan provocar reacciones cruzadas ni perfumes.
Sin sol no existiría vida en nuestro planeta. De todas maneras, si estamos sensibilizados al tiempo de exposición al sol, la prevención con productos adecuados y el consecuente tratamiento de la piel tras su exposición al sol nos ayudará a prevenir posibles efectos negativos de los rayos solares sobre la piel.
Efectos positivos de los rayos solares en nuestro cuerpo:
• Aumenta la eficacia del sistema muscular.
• Avanza los procesos de curación del acné y la psoriasis
• Refuerza el sistema inmunitario
• Mejora el metabolismo de las células de la piel
• Intensifica el suministro de oxígeno de las células
De todos modos, no deben subestimarse los consejos para evitar una exposición al sol demasiado prolongada, ya que si los ignoramos, podremos notar sus efectos cada vez más visibles tras el paso de los años – algunas veces provocando serios daños en la piel.
No solamente los rayos UVB provocan quemaduras; los rayos UVA a menudo pueden causar daños irreversibles a la piel. El agua, una ligera deshidratación de la piel o la no-utilización de un protector solar aunque sea durante una exposición solar muy corta, exponen la piel al peligro de los rayos solares.
Te gusta el sol – pero, ¿qué hacer si...?
No sólo es la prevención en sí misma – el mercado de productos solares con filtros solares está saturado– es más el “Qué hacer si...?” lo que puede causar los problemas más frecuentes.
Si la frente y las mejillas están enrojecidas, la piel de la nariz y el escote tensas, si la exposición al sol ha sido demasiado prolongada o incluso si ha habido quemadura, la mayoría de productos para después de la exposición al sol (after-sun) nunca ayudan mucho. Además, el agua del mar y el viento pueden incrementar la sequedad de la piel, las venas capilares se dejan ver en nariz y mejillas (por efecto de la cuperosis) y la piel se reseca y se escama, por lo que es necesario estimular su regeneración con un tratamiento intensivo del cuidado de la piel.
Después de la exposición al sol la piel debería ser tratada con productos específicos para su cuidado, según las necesidades de la piel reseca por el sol (o incluso dañada). Como objetivo principal se debe restablecer la hidratación de la piel y se deben regenerar las asperezas y escamas -combinadas a menudo con picores.
La solución cosmética para una piel dañada por el sol debe:
• Destacado efecto antiirritante
• Reduce el enrojecimiento de la piel y el eritema con tan sólo una aplicación
• Calmante, alivia la sensación de picor
• Efecto refrescante de larga duración
• Extraordinaria hidratación – mejora óptima de la piel
• Disminuye las arrugas
• Tolerabilidad excepcional en la piel, ya que la máscara no contiene conservantes, agentes químicos que puedan provocar reacciones cruzadas ni perfumes.
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