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Drogas venoactivas


La mayoría de las drogas venoactivas (DVA) utilizadas en la patología venolinfática provienen de plantas en las que con algunos cambios químicos se mejoran su biodisponibilidad. Otras resultan de la síntesis química.
 Las DVA no han demostrado efectos sobre las venas varicosas en su prevención. Su utilización principal se orienta hacia la mejoría del edema y de los síntomas asociados a la IVC. No actúan de forma inmediata, sino que es preciso como mínimo un mes de tratamiento para que se noten sus efectos. Generalmente se utilizan en primavera y verano, cuando por el aumento de la temperatura ambiental empeora la sintomatología. De todas formas, pueden utilizarse todo el año en pacientes con grados avanzados y muy sintomáticos de linfoflebedema crónico y pacientes con síndrome premenstrual. También debe revalorarse su
reanudación cuando tras su suspensión reaparecen los síntomas funcionales de IVC. 
El tratamiento farmacológico  se basa en las sustancias venotónicas que permiten actuar a diferentes niveles:
- Aumentando el tono de la pared venosa y mejorando la funcionalidad valvular.
- Disminuyen la permeabilidad de la microcir culación, evitando la salida de líquido al intersticio: no olvidemos que la mayor parte del torrente vascular, en cuanto a volumen total, se encuentra en los capilares.
- Potencian el retorno linfático, como componente esencial de apoyo y de compensación del retorno venoso en la reabsorción de dicho líquido intersticial.
Siempre hemos de asociar los consejos higiénico-dietéticos y, si es necesario, las medidas de compresión.
Existen  múltiples compuestos en el mercado, con acciones diversas a diferentes niveles : hemos de nombrar los tratamientos tópicos en forma de gel, cremas y spray, que permiten la absorción transcutánea del fármaco, añadiendo una mejoría sintomática y sensación de alivio y frescor gracias a la forma de presentación. El grupo de las  benzopironas constituye el que engloba a una mayor parte de los fármacos
flebotónicos, extraídas de plantas medicinales  y utilizadas por indígenas en la medicina tradicional.
Dentro de este grupo hallamos las alfa-benzopironas, como la cumarina, que se utiliza básicamente en el tratamiento del linfedema ya que actúa lisando las proteínas de alto peso molecular que existen en el intersticio, por lo que producirán una disminución de la presión oncótica. Este fármaco no se utiliza de forma estandarizada por el potencial riesgo de provocar hepatitis tóxica. Las gamma-benzopironas, también llamadas “ vitaminas P” o flavonoides , engloban a la mayoría de los fármacos comercializados que se utilizan rutinariamente. Estos fármacos se utilizan en el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica pero además en proctología como tratamiento de las hemorroides y en oftalmología en el control de la retinopatía diabética. 
Las DVAs más frecuentemente utilizadas son:
- Rutósidos (Venoruton): presenta acción sobre la permeabilidad capilar, variando la deformidad del hematíe, consiguiendo una disminución del edema y de la clínica acompañante de la insuficiencia venosa crónica.
-  Diosmina (Daflon): posee un mecanismo bilateral que consiste en aumentar la resistencia capilar o vascular y, simultáneamente, en un aumento del tono venoso por acción directa sobre la túnica muscular. A través de la inhibición de la sobreexpresión de las moléculas de adhesión en la superficie de los leucocitos y las células endoteliales inhibe la interacción inflamatoria leucocito/endotelio.
-  Hidrosmina (Venosmil): actúa aumentando el tono de la pared venosa y linfática y mejorando la funcionalidad de la microcirculación. Su mecanismo de acción no ha sido totalmente esclarecido, pero se relaciona con la inhibición de la degradación de catecolaminas a través de la inhibición de la catecol-O-metiltransferasa.
 Otros fármacos comercializados son:
-  La  escina  (Flebostasin Retard), del grupo de las Saponinas, reduce la fragilidad y la permeabilidad capilar, a la vez que disminuye el paso excesivo de proteínas y de líquido de los vasos de los tejidos. Actúa aumentando el tono de la pared venosa y evitando el edema.
-  La  troxerutina (Esberiven) reduce la permeabilidad de los capilares, lo que se traduce en una disminución local de los edemas y en un efecto sobre la agregación de las plaquetas y los hematíes. La troxerutina a dosis altas modifica favorablemente la deformabilidad de los hematíes y disminuye la microviscosidad sanguínea y plasmática. Debido a esto se consigue una disminución de la elevada filtración/convención de plasma al intersticio, producida en las retenciones venosas y en última instancia, una disminución local de los edemas. Se utiliza básicamente en el tratamiento de las insuficiencias linfáticas.
-  Dentro de los fármacos de síntesis podemos destacar el Dobesilato Cálcico, comercializado con el nombre de Doxium Fuerte
. Es una sustancia sintética que desarrolla su acción disminuyendo la permeabilidad de los capilares, aumentando el drenaje linfático y disminuyendo la viscosidad plasmática. La Agencia Española del Medicamento decidió restringir su indicación a la retinopatía diabética. Algunos estudios parecen indicar un papel beneficioso en la evolución de las úlceras de etiología venosa.

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